Colaboración: Propuesta Indecente... Capítulo 2 Final



Era la primera vez que veía a alguien tan hermosamente atractivo como él y también el más triste que hubiera pisado este bar. Su elegante caminar atravesando el lugar hasta la barra, la forma de sentarse lo hacía ver tan correcto, pero cuando vi que una lagrima cruzaba su mejilla, algo causo en mí.

Más que su belleza lo que me atrajo de él fue su soledad, sus lágrimas y como intentaba ahogarlas en lo que bebía. Se veía que era la primera vez que lo hacía, se le podía ver por la forma en que sus ojos curioseaban por el lugar, como queriendo captarlo todo.

Además, alguien como él nunca viene solo. Alguien como Heechul llega del brazo del hombre más jodidamente afortunado el mundo. Heechul llegaba solo y hecho un desastre. ¿Quién se atrevería hacer llorar a un ángel?

Quise conocerlo, lo único que se me ocurrió fue correr a Shindong de su puesto y suplirlo.

Su altivez, su mirada defensiva hacia mí. Quise conocerlo, saber de él aunque fuera un poco. Me comporte galante como no lo había hecho en años. Después de una decepción amorosa, es mejor resguardarse por un tiempo para no volver a apostar el corazón, no me gusta perder. Y esa vez casi me pierdo yo mismo, un mal amor puede llegar a eso o más.

Quizás fue un punto más que me empujo a conocerlo. Mis coqueteos con él poco sirvieron, Heechul bateaba todo lo que le lanzaba, pero lo que si pude darme cuenta, es que parecía no ser consciente de la hermosa joya que él era.

Miserable hombre que tuvo su corazón y no lo supo atesorar.

Si yo fuera el dueño, lo atesoraría bajo mil llaves, para no dejarlo ir, para que nada malo le pasara. Cubriría su paso de algodones y le haría lo que fuera para hacerlo feliz, lo que haría por una sonrisa suya.

- Soy casado. – salto diciéndome después de mis insistentes coqueteos.

No me sorprendí. Un hombre como él no podría estar solo o ser amante de alguien, entonces comprendí que quien lo lastimaba era su propio esposo. Que estúpido.

Vi el temor en sus ojos, pues comenzaba a reaccionar a mis palabras, tal vez porque ya estuviera un poco bebido o tal vez si deseaba dejarse llevar esta noche. Remordimientos, su pudor, serle fiel a ese esposo que lo hacía sufrir, lo que sea que lo estuviera deteniendo en un momento, poco a poco su desconfianza comenzaba a ceder.

Cuando mis palabras comenzaban a dibujar una sonrisa en su boca, algo llama su atención, ensombreciendo su rostro. Heechul está mirando hacia el área donde se encuentran las mesas. Una pareja va llegando caminando entre ellas, un hombre algo maduro con un chico rubio que se cuelga de su brazo y por la reacción de Heechul, sospecho que es su esposo.

El rubio es lindo de forma vulgar… Heechul es hermoso de una forma única, parece un sueño húmedo andante que no cualquiera podría tener… ni en sueños. No hay comparación.

Se ha atrevido a engañarlo, si no me equivoco, ni Heechul lo sabía. Un pequeño temblor demuestra el estado en el que se encuentra. Debe ser humillante para él, se ha quedado petrificado con su mirada fija en ellos, no se puede mover y estoy seguro que no sabe qué hacer. Rápidamente le doy vuelta a la barra, poniéndome en su campo de visión, le sonrió y mi mano toca levemente su mejilla, haciéndolo parpadear un par de veces por la sorpresa.

- ¿Él es importante? – le pregunto señalando hacia la pareja -. Porque he de decirte que a mí no me importa quién sea él o que signifique para ti.

- No. – me dice no muy convencido, aunque me deja tomar su mano. Estoy pensando que lo hizo para poder salir de aquella situación, cualquiera que lo sacara de ese lugar sería bueno para él.

- Entonces, no importa que cometamos una locura esta noche, ¿tienes algo mejor que hacer? – le pregunto, Heechul solo niega con su cabeza.

Era un tanto excitante hacerlo en el coche deportivo que su esposo recién le había regalado. Es como si nos hubiera dado un regalo a los dos. Jamás ha sido mi intención en meterme con un hombre casado, pero lo que se encendió esa noche dentro de mí por Heechul, fue más fuerte que la voz de mi conciencia.

Dentro del auto, pude sentir su cuerpo vibrar entre mis manos, la reacción primitiva a mis caricias, el cómo respondía a cada impulso. Termine por maravillarme, todo lo que Heechul ofrecía, tan nuevo para mí sentir esto por alguien a quien apenas conocía esa noche.

Después que Heechul hubo experimentado ese maravilloso clímax entre mis manos, lo quise todo y supe que él también lo deseaba. Vi como lentamente fue bajando sus pantalones junto con su ropa interior, hasta sacarlos con sus zapatos. Mis ojos recorren su hombría, sus muslos, sus perfectas piernas y sus pies totalmente expuestos. En su coche, en un lugar público, aumentando la adrenalina que me invadía en esos momentos.

Como pudo dentro del reducido espacio, se agacho entre mis piernas y metiendo las manos dentro de mis pantalones buscando mi miembro. En su forma de conducirse es que mi cuenta que todo era nuevo para él, deseoso de experimentar. Pronto tuve sus labios envolviendo mi hombría, dándome placer y jugando con su lengua. Sé que en ese momento no lo hacía por amor, pero si por una entrega total.

Abrí mis piernas para darle cabida a su cuerpo, permitiéndole entrar entre ellas. Agacho más su cabeza, algo inexperto comenzó a besar a lo largo de mi hombría, chuparlo; entregado a su tarea de darme placer como lo había hecho yo unos momentos atrás. Se atrevió a morder un poco y a lamer, poco a poco se iba volviendo atrevido entre mis brazos, haciéndome disfrutar el momento de estar en su boca, que de apoco, gemidos salían de mi boca.

Se veía demasiado sexy y atrevido entre mis muslos, mirándome a los ojos al chupar mi miembro como si fuera paleta.

Pronto mis manos subieron su camisa buscando mis tetillas. Dejándolo totalmente expuesto en un lugar público, con el riesgo que los vigilantes del lugar nos vieran, lo que no deja de ser altamente excitante.

Mis dedos volvieron a buscar el interior de su entrada, pero la urgencia, la mala posición y calentura de ambos eran tan fuertes, que cuando me di cuenta que ya dos de mis dedos se introducían, profundo y fuerte en su interior sin oponer resistencia.

Como no iba a durar mucho, sintiendo su boca en mi miembro. Estoy seguro que su exquisita boca me haría terminar.

Lo separe de mi cuerpo, incline un poco el asiento donde me encontraba sentado, para hacerle espacio en el reducido lugar. Le tendí la mano deseando levantarlo de donde se encontraba agachado. Sus ojos pasaron de mi miembro erguido como asta, hacia mis ojos mordiendo uno de sus labios, sabía exactamente lo que deseaba, sin palabras.

Tome ambas manos ayudándole a subirse a horcajadas sobre mi cuerpo, con sus piernas totalmente abiertas a cada lado de mi cuerpo, sintiendo como mi miembro rozaba por sus nalgas. Sin poderme resistir mucho, incline su cuerpo hacia mí, sosteniéndose con sus manos sobre mi pecho mientras mis manos separaban sus nalgas para introducirme en su interior. Abre sus ojos sorprendidos al sentirme, lo veo un poco asustado, quizás se ha hecho consiente de lo que vamos hacer.

Heechul es el único desnudo, aunque tenía su camisa puesta, esta se encontraba totalmente abierta, dejándome ver su pecho. Y quizás eso es lo que lo ponía nervioso, que alguien nos encontrara en esta situación, afortunadamente para este momento los vidrios del coche se encontraban totalmente empañados, nada verían hacia dentro.

Me permití apreciar su desnudes, su pálida piel y lo que vi después termino por convencerme que el hombre que tenía entre mis manos, era un volcán lleno de pasión. Sus tetillas se endurecieron con tan solo una mirada. ¿Por qué alguien como él no era amado como se merecía? Acaricie sus caderas con mis manos, tratando de relajarlo y calmar su timidez.

Mi primera aventura, que afortunado era. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en mi rostro, estoy seguro. Heechul era más de lo que esperaba.

Abrí aún más sus nalgas con mis manos, dejando expuesta su entrada, para darle cabida a mi duro miembro. Heechul guio mi miembro con sus manos hasta su entrada y poco a poco lo introdujo en su interior, con sus mejillas sonrojadas, bajando lentamente, experimentando en su rostro lo que iba sintiendo al estar lleno de mí.

Acoplarnos fue tan fácil, como si hubiéramos estado hechos el uno para el otro o quizás fue por el estado de excitación en el que nos encontrábamos, que a los pocos segundos ya estaba moviéndose sobre mi miembro. Subía y bajaba sostenido con sus manos sobre mi pecho, tratando de imponer su propio ritmo. Yo con su pecho a mi disposición, busque una de sus tetillas con mi boca, sintiendo su sabor al chuparlo y morderlo, haciéndolo soltar un alarido de placer.

Sus movimientos se hicieron más rápidos y erráticos, sus manos buscaron otro punto para sostenerse cuando su cuerpo comenzaba a sufrir los espasmos de su culminación. Su mano derecha fue a parar al respaldo del asiento del piloto y la izquierda, se estampo en el vidrio de la ventanilla del copiloto, quedando marcada en la humedad de esta. Totalmente empañado como estaba, su mano sería la única clara muestra de lo que sucedía dentro del auto.

Su cuerpo se arqueo al sentir como llegaba su orgasmo, me levante y abrase su cuerpo sosteniéndolo. Comencé a empujar mis caderas dentro de Heechul queriendo llegar a mi propia culminación. Golpeando fuertemente, dos, tres veces más y cuando estaba a punto de terminar, salí de su interior, dejándole sentir mi esencia sobre la piel de su abdomen.

Me deje caer nuevamente sobre el asiento llevándolo conmigo, su mano resbalando sobre el frio vidrio, lo jale hacia mi pecho recostándolo por un momento. No deseaba soltarlo.

No hubo palabras de amor y mucho menos promesas salieron de nuestros labios.

Sin embargo fue lo mejor que pudo haber pasado después de lo que hicimos, porque no hubo falsedad, lo que sentíamos era real y no estaba empañándose con mentiras. Ambos estábamos en un estado de absoluta sorpresa por lo que hicimos, pero que sin duda, no nos arrepentiríamos de ello. Al menos yo no lo hacía.

Consciente de lo que había hecho, por primera vez me sentí tímido; más no arrepentido, nunca había actuado de esta forma. ¿Qué pensaría de mi Heechul? Lo sentí acurrucarse más sobre mi pecho, ocultando su rostro. Mis ojos viajaron hacia esa marca de su mano sobre la ventana, prueba del ímpetu y la pasión de nuestra entrega.

Quise hacerle sentir lo que sentía y pensaba, de lo maravilloso que es. Mis brazos comenzaron a reconfortarlo, acariciando su espalda y su cabeza, en un gesto cálido y tierno después del sexo. Eso le dio valor a Heechul de mirarme a los ojos, entendimiento, comprensión, curiosidad que callaba, todo eso lo podía ver en mi mirada.

Estaba claro para mí, que Heechul no habría engañado a su esposo, si este no le hubiera dado motivos. Comprendí que estando entre mis brazos lo ayude a huir de la desagradable escena de su esposo dentro del bar y curiosidad, tenía miles de preguntas también, pero no las hice.

Heechul parecía agradecer mi silencio.

Como pudimos nos vestimos, me ofrecí a manejar su auto y llevarlo a casa. No se negó, que más daba, ya lo habíamos hecho todo.

Lo ayude a bajar del auto tomando delicadamente de su mano, no así al atraerlo hacia mi cuerpo. Un gesto posesivo, pasional y la vez protector, que salió de lo más profundo de mí ser. Inconsciente. No queriendo dejarlo entrar a esa casa, la cual ya no podía considerar su casa, ¿Cómo lo soportaría? pero también sabía que para salir de ese lugar tendría que pensar en muchas cosas y ordenar otras para poder hacerlo.

Mis manos aferrando su cintura, nuestros ojos se volvieron a cruzar, no podía dejar de verlo. No quería dejarlo ir. Ese hombre que se volvió fuego entre mis brazos, es el ser más perfecto para mis ojos, no se puede dejar ir a alguien como Heechul. Y en ese momento me prometí que regresaría por él, a cualquier costo, lo vería sonreír de nuevo, volvería a poner mis manos sobre su cuerpo y dejaría a mi corazón retenerlo en su centro.

He me aquí, en la fiesta de cumpleaños del esposo del señor Jung, mi futuro socio pues he dicho que deseo invertir en sus negocios, una buena excusa para ser tomado en cuenta. Hasta he sido invitado, uno de honor según dijo él. Creo que el saber mi apellido lo cambió todo, no es fácil rechazar a los Choi, dueños de la cadena más grande de hoteles en Corea.

Si supiera que he renegado mi nombre, porque mi idea de vida era otra a la que mi padre deseaba. Soy un Choi independiente, no sé cuánto dure, tarde o temprano tendré que tomar las riendas de mi destino. Lo sé muy bien, pero por ahora no me interesa pensar en ello.

Al entrar a la casa alguien se ofrece a guardar mi abrigo, lo que me hace dar cuenta que se trata de una fiesta bastante elegante, hay mucha gente pero el lugar no se ve saturado. Lo suficiente para ser un evento importante, pero sin ser demasiado para dar a entender que es exclusivo. Creo que lo poco que conozco de Jung Yunho es lo correcto.

Camino sin rumbo, rechazando las bandejas de aperitivos y copas que me han ofrecido, deseo verlo, ¿Dónde estará?

Continuo caminando hasta alejarme un poco del área principal del salón, suerte la mía al encontrármelos. Al fondo, vestido completamente de blanco, lo que lo hace lucir más hermoso; se encuentra Heechul discutiendo con su esposo. Al menos eso es lo que me da a entender la manera en que el frunce el ceño y Heechul hace gestos con sus manos.

- ¿Interrumpo? – claro que interrumpo, pero al verme, Yunho esboza una sonrisa forzada.

- Claro que no señor Choi. – se apresura a tenderme la mano para saludarme.

- Por favor, quedamos que me dirías Siwon, así me llaman mis amigos.

Al decir esto, volteo a ver hacia Heechul, quien se ha quedado clavado en su lugar sin decir ni una palabra y con sus ojos muy abiertos llenos de sorpresa.

- Amor ven un momento.

Veo como Yunho lo toma de la cintura para hacerlo caminar hacia mí. En un gesto inconsciente, Heechul se sacude de su agarre, lo que hace a Yunho dejarlo caminar por sí mismo.

- Te presento a Choi Siwon, del grupo hotelero Choi.

- Siwon este es mi esposo, Jung Heechul. – este sigue sin responder, así que para sacarlo del apuro y que Yunho no se le haga rara su actitud, tomo su mano y le doy un corto beso.

- El placer es todo mío, que los años sigan siendo buenos con su belleza y su salud.

Puedo sentir como mi tacto lo tensa, no es miedo, es puro deseo que hace agrandar sus pupilas y dejar de respirar por un momento. Me siento de la misma forma que Heechul.

- ¿Lo estás pasando bien? – me pregunta Yunho, Heechul mira a su alrededor, como buscando una vía de escape.

- Acabo de llegar y sinceramente, no conozco a nadie. Es algo incómodo.

- Mi esposo es el festejado, él podría ayudarte con eso. – volteo hacia otro lado para darles intimidad. Heechul se ha puesto muy nervioso.

“Amor se buena compañía para Siwon, yo necesito ir hablar con los Park, tenemos una charla pendiente sobre unas inversiones y quiero aprovechar. Debo advertirte que dejo en tus manos un potencial cliente para mi empresa” escucho como Yunho susurra esto, pero lo he escuchado todo.

- Pero Yunho… - Heechul está por desistir.

- Eres mi esposo, actúa como tal.

Y diciendo esto, nos deja solos. Que estúpido.

- ¿Te hizo daño? – le pregunto al ver a su esposo retirarse.

- ¿Quién? ¿Él o tú? – me reprocha con el ceño fruncido.

- Entonces si me has extrañado.

Continúe haciéndolo rabiar un poco mientras tomaba su mano y la enredaba en mi brazo, caminamos rumbo a la pista, muy lejos de la mirada de su marido. Con la gente bailando, difícilmente se percataría de nosotros y era el mejor lugar si deseaba susurrarle algunas cosas al oído.

- Esa noche, no te lo dije porque no quisiera, simplemente sucedieron las cosas y no pude decírtelo. No soy un barman, soy el dueño de ese bar y algunos otros.

- Eres un Choi. – me reclama.

- Estás enojado conmigo.

- ¡No lo estoy! Y si lo estuviera, no debería importarte. – dijo Heechul elevando la voz.

Algunas personas a nuestro alrededor, aprovechando el silencio de la pieza de música que terminó, se percataron que estábamos discutiendo. Me volví para mirarlo, colando una mano sobre su cintura, nos detuvimos un momento. Mire hacia la planta alta, Yunho se encontraba ahí rodeado de varias personas que tapaban su campo de visión.

Negocios, cuanto me chocaba eso, puedes perderte de muchas cosas cuando en tu mente solo traes trabajo.

- ¿Quieres bailar?

- No lo hago muy bien. – me respondió algo inseguro.

- Pero yo sí. – lo mire a los ojos, Heechul levanto la vista hacia donde se encontraba Yunho. Vi como su semblante se endureció al verlo.

- Sí. – me dijo aún confuso -. Bailare contigo, pero aún sigo enojado.

Sonreí ante su ceño fruncido y su boquita parada, clara muestra de su molestia. Coloque una mano sobre su espalda y lo atraje hacia mí. Después de los primeros pasos, pude sentir como Heechul se relajaba entre mis brazos. Su cuerpo se amoldaba al mío como si fuera una segunda piel, tal y como lo recordaba.

Comenzamos a dejarnos llevar, no por el ritmo de la música, sino por el deseo que corría por nuestros cuerpos.

- Si te robo un beso en estos momentos, ¿te enojarías conmigo?

- Esa noche en mi auto, no preguntaste mucho para hacerlo. – me dice coqueto.

- ¿Me estas retando? – junte nuestras caderas, dejándole sentir mi dolorosa erección.

- Siwon… - lo escuche suspirar.

Nuestros cuerpos seguían moviéndose en aquella pista, pero nuestras mentes se encontraban en otro lado.

Heechul apoyó su frente en mi pecho, podía inhalar el delicioso aroma de su cabello y a través de ese traje blanco inmaculado que llevaba, podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Nos estábamos abandonando a nuestros deseos en aquella pista de baile.

Cerré los ojos y apoye mi mejilla en su cabeza, me imagine metiendo mis manos por debajo del saco y la perfecta camisa que Heechul llevaba. Acariciando su pecho hasta llegar a sus tetillas, las cuales torturaría hasta dejarlas erguidas. Sacudí mis pensamientos, estábamos en medio de la pista, con mucha gente a nuestro alrededor.

Tenía que conseguir sacarnos de este lugar, lo más pronto posible. No iba a ser capaz de mantener alejadas mis manos de Heechul lo suficiente. Necesitaba tocarlo y él también lo deseaba, pues cuando intente separarme de él, respiro hondo y volvió a pegarse a mi cuerpo.

Mire a mi alrededor y me sorprendí al ver que nadie nos mirara, Yunho ni siquiera nos prestaba atención. ¿En serio no se daban cuenta lo que estaba sucediendo entre los dos?

Por fin, Heechul se separó de mí, me sonrió coqueto y tomo mi mano, llevándome por entre la gente alejándonos de la pista. No paró hasta que estuvimos en una habitación abierta que daba hacia la parte de atrás de la casa, justo en el camino que rodeaba en lo que parecía la oficina de su esposo. Había un gran escritorio extrañamente situado en medio de la habitación, olía a madera, pues toda la habitación estaba cubierta de este material. Entre estantes, libreros y los costosos muebles.

Sin esperar más, Heechul ataco mis labios en un beso hambriento, sus manos hundidas en mis cabellos, las mías tratando de sacarle la camisa de los pantalones. Necesitaba sentir esa piel que tanto me había enloquecido.

- ¿Te das cuenta de lo desconsiderado que fuiste al recibirme enojado? Yo que he venido por ti. – le dije en medio del beso.

- Me mentis… omitiste algunos detalles. – interrumpió el beso -. Por cierto, ¿Qué estás haciendo aquí? – su mirada era suplicante, ¿para qué otra cosa podría estar en ese lugar? Por lo visto, Heechul seguía sin creer que pudiera levantar tales pasiones a alguien.

- Vine por ti… Si te parece prudente, esta propuesta indecente.

Heechul es tan deliciosamente pecaminoso… es irresistible. No sé cómo no se da cuenta lo que provoca en los demás.

Agarro sus caderas con firmeza, empujándolo en medio del beso hasta topar con el escritorio, donde lo obligue a sentarse. El abrió sus piernas sin dejar de mirarme para dejarme entrar entre ellas, era ardiente y no había ni una pizca de arrepentimiento en su mirada.

Al menos ya no había lágrimas como las hubo la noche en que lo conocí.

De nuevo acerco su rostro, juguetonamente solo rozó mis labios suavemente, estaba provocándome el muy pillo. Con mi mano tome su mentón para atrapar sus labios, uniendo nuestras bocas en un beso profundo y rítmico. Probé sus carnosos y dulces labios con ansias, saboreando ese sabor que recordaba y mordiendo sus labios como si fueran un fruto prohibido.

Él se adentró en mi boca con avidez, recorriendo cada rincón con su lengua, explorándome lentamente y con paciencia. Me deje hacer mientras lo obligaba a pegarse más a mi cuerpo, invitándolo a adentrarse aún más en mi boca. Heechul abrió más sus piernas para después rodearme las caderas con estas, dejándome en una excitante jaula de piernas y brazos.

Algunos objetos sobre el escritorio comenzaban a caer con el movimiento sobre este. A Heechul se le dibujaba una divertida sonrisa cada que pasaba, lo estaba disfrutando mucho, seguramente esto era un poco de venganza. Mordí sus labios para captar su atención, para nada me gustaba que estuviera pensando en algo más que no fuera lo que estábamos haciendo.

- ¿Qué sucede Siwon? – su voz salió más como un suspiro por la falta de aire.

- Estas pensando en él. - ¿Qué derecho tenía yo de reclamarle? A penas y dos veces que nos habíamos visto, ya me creía dueño hasta de sus pensamientos.

- No es lo que te imaginas.

- Lo siento. – recapacite. Después de todo, ¿Quién era yo?

- Esta sería mi primera vez sobre un escritorio. – me dijo llevando un dedo a su boca, mordiéndolo y al instante, sus mejillas se tornaron color carmín -. Pero no te traje para eso. Debemos sacar mis papeles de la caja fuerte, necesitare mis bienes y el acta de matrimonio para imponer la demanda de divorcio.

¡Oh! Sus palabras realmente causaron algo en mí, me estaba gustando demasiado Heechul, lo quería conmigo y lo quería para siempre. Al parecer a él le sucedía lo mismo, y rayos que lo iba ayudar, aunque Heechul no iba a necesitar gastar nada de lo suyo al estar conmigo.

- Me voy a ir contigo, si la propuesta sigue en pie. – caminaba hacia dos libreros que se encontraban al lado derecho de la ventana, justo en medio de estos había un cuadro, el cual Heechul abrió dejando ver la caja fuerte.

- Por supuesto que sigue en pie, sé que va a sonar absurdo, pero no puedo pasar de ti, no he dejado de pensarte desde que nos conocimos. Cuando supe que Yunho era tu esposo, quise matarlo en ese momento por haberte hecho llorar. – le dije sincero.

- Si no lo hubiera hecho, no nos hubiéramos conocido, ¿no crees? He pensado mucho y creo que todo tiene un porque. – cuando logra abrir la caja, gira su rostro para mirarme serio -. Lo que me pasó contigo nunca pensé que llegaría hacerlo, eso me dio a entender que realmente ya no amo a Yunho. Quizás en un principio sí, pero todo comenzó a terminarse por su indiferencia.

- ¿Quieres decir qué…?

- No estoy enamorado de ti Siwon. – se puso a buscar dentro de la caja fuerte -. Pero es un buen comienzo que me hagas sentir cosas que jamás había sentido, por ahora debe ser suficiente con eso.

- Por ahora, lo aceptó.

Me acerque a Heechul y lo abrace por la espalda, aspire su sensual aroma, con mis labios recorrí sus redondeados hombros, olisque su nuca, hasta que sus cabellos hicieron cosquillas en mi nariz.

- Los encontré. – dijo con varios sobres en sus manos, lo vi sonreír de medio lado y se giró entre mis brazos. Me dio otro beso, y yo, ya adicto a sus besos, le correspondo con ansias jalando su cuerpo y subiendo sus manos por su pecho hasta su rostro para sostenerlo -. Es hora de acabar con esta tortura. – dice Heechul al terminar el beso y ante mi cara de ignorancia, comenzó a explicar -. Yunho no me dejaba ir, solo piensa en sí mismo, en su buen nombre y cosas como que no son aceptables los divorcios en la sociedad. La noche que estuvimos juntos, decidí dejarlo y a la mañana siguiente se lo dije. Me ha tenido como rehén desde ese día. Ya no podía esperar un día más a su lado, recogiendo las migajas que me daba, tan cansado de esperar. No entiendo porque me retiene.

El solo hecho que lo haya tenido retenido a la fuerza me hace hervir la sangre. Heechul se estremeció entre mis brazos, sabía que ya no amaba a su esposo, pero lo que vivió a su lado fue duro y sé que será un poco difícil de olvidar las malas costumbres a lo que lo tenía atenido. Le mostrare a Heechul lo que es amar y la libertad para hacer lo que deseara, él se merece un amor por iniciativa propia no impuesto por nadie.

- A lo mejor es tonto de mi parte, pero no puedo ocultar que me flechaste a primera vista. – retiro algunos cabellos de su frente para poder mirarlo a los ojos.

- ¿Quiero ser amado? – sus manos se aferran a mis brazos, pues aún sostengo su rostro.

- Yo puedo amarte. – junto nuestras frentes, nuestros alientos se mezclan.

- Aun no puedo creer que lo hagas Siwon, además me mentis… - silencio su protesta con un beso.

- No fue mentira, fue omisión. Y ¿Tu ropa?

- No, solamente mis documentos y… - pareció pensárselo por un momento mirando a todo a su alrededor. Era obvio que no quiera llevarse nada que le trajera malos recuerdos y la verdad es que no iba a necesitarlos, pensaba tenerlo por unos días desnudo en mi cama solamente -. El coche sí. – de pronto lo escuche.

- ¿El deportivo?

- Tengo buenos recuerdos de él. – me dice sonriendo pícaramente con su mirada encendida mientras muerde uno de sus labios.

- No me hagas desear tomarte aquí mismo. – le gruño acercándome a su cuerpo y sintiendo como su frente se restregaba en mi mejilla.

- Solo debes de esperar hasta que estemos en el auto.

- Démonos prisa.

Si con el tiempo al deseo que sentimos se le une otro sentimiento, sería el mejor final para esta propuesta indecente.

F i n .

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5 Comentarios

  1. o dios o dios o dioss como lo dejas asi soloo yo queria sexo salvaje en el escritorio del desgrsiado ¬¬ aaa pero lo ameee enserio gracias me encantoooo ya le lei tres veces asique lo seguire leyendo :333 lo ameeeee <3

    sasuh

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  2. pos aquí estoy leyendo por segunda vez esta cosa tan perfecta!!! ^^

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  3. Yah!!!!! Yo no había leído está parte!!!!! U.u esto es malo pero buenísimo!!!"".estuvo genial!!!!!

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  4. Ahhh!!!!!! Estuvo de la ptmr (disculpa mi vocabulario pero quedé con ganas de más. Siendo YunJae shipper puedo decir que Yunho se lo tenía bien merecido por hacerle eso a Heechul bello^₩^

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  5. Ahhh!!!!!! Estuvo de la ptmr (disculpa mi vocabulario pero quedé con ganas de más. Siendo YunJae shipper puedo decir que Yunho se lo tenía bien merecido por hacerle eso a Heechul bello^₩^

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